Las críticas a la falta de coordinación y de previsión en la gestión del coronavirus también han tocado al Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC). Pero la realidad es que la situación actual “no se podría haber impedido”, según ha asegurado su directora, Andrea Ammon, ante la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo.

Son las características del virus las que hacen que éste sea, para esta experta, “muy difícil” de controlar. “Hablamos de un virus que se extiende muy rápido y que se puede transmitir por parte de una persona asintomática”, ha explicado. Ante un enemigo con estas particularidades, la estrategia inicial de diagnosticar los casos con síntomas se ha mostrado insuficiente. Tal y como ha resumido la directora del ECDC, ante el coronavirus “siempre vamos por detrás”.

No bajar la guardia

Ammon también ha asegurado que, si bien la mayoría de los países de la Unión Europea probablemente han visto un pico en la ola inicial de infecciones, los gobiernos no deberían bajar la guardia. “En general, las intervenciones no farmacéuticas, como las políticas de confinamiento y distanciamiento, han reducido la transmisión y los incidentes de 14 días en un 45 por ciento en comparación con el 8 de abril”, ha asegurado.

Los últimos datos facilitados por el ECDC, relativos al 1 de mayo, apuntaban a una cifra global de 3.214.256 casos de Covid-19 y 232.570 defunciones. De esas cifras, 1.126.337 casos y 131.138 fallecimientos eran en territorio europeo.

La llamada a permanecer vigilantes lleva a otra de las grandes incógnitas sobre la Covid-19. Actualmente, la mayoría de países intenta determinar su tasa de infección general, algo que sólo puede hacerse mediante test a la población.”El problema —ha reconocido la directora del ECDC— es que tener anticuerpos no significa necesariamente estar protegido”.

Se trata de un dato aún desconocido y que los expertos de todo el mundo intentan aclarar de manera urgente.