Las acciones de los diferentes países contra al cáncer no han parado de crecer. En 2006 se creó la Declaración Mundial sobre el Cáncer en 2006, y años más tarde sus objetivos se alinearon con el Plan de acción mundial de la OMS sobre enfermedades no transmisibles, que establecía acciones a implementar para 2025.

Diez años después y en casi ‘tiempo de descuento’ para alcanzar el horizonte, ¿hay avances? The Lancet Oncology ha analizado los mismos en un artículo elaborado por la OMS.

Como explican los autores la respuesta es sí, y además con un progreso medible observado en relación a varios objetivos. “A nivel mundial, ha aumentado el número de países con un plan nacional contra el cáncer y el 95 por ciento de los mismos cuentan con una estrategia propia dentro de Ministerio de Salud”, apuntan los autores.

Registros de cáncer

Asimismo, los registros de cáncer basados ​​en la población están mejorando en términos de cobertura y calidad, incluso en países de ingresos bajos y medianos. “Estos signos de una mayor voluntad política para ampliar la vigilancia del cáncer y aplicar la política del cáncer son pasos importantes para lograr una respuesta más sólida del sistema de salud al cáncer”.

Sin embargo, en materia de prevención, según avanzan, “su desarrollo sigue siendo desigual, con pocos avances en la reducción de la prevalencia de factores de riesgo clave para el cáncer”. 

Existe, dicen, cierto optimismo con respecto al despliegue nacional de las vacunas contra el virus de la hepatitis B y el virus del papiloma humano, y la aplicación progresiva del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco. De hecho, apuntan a que en 2019, alrededor del 65 por ciento de la población mundial estaba cubierta por al menos una medida de MPOWER, frente a solo el 15 por ciento en 2007.

Factores de riesgo

Las medidas del informe MPOWER (siglas en inglés de: monitorización del consumo del tabaco; políticas de prevención; protección de la población frente al humo; y ofrecer ayuda para la cesación tabáquica) ayudan en la implementación a nivel nacional del Convenio Marco para el Control del Tabaco. 

Sin embargo, “el consumo de alcohol está aumentando en algunas regiones, las tasas de obesidad en los niños están aumentando de forma alarmante”.

La carga del cáncer

En este sentido, consideran que si estos factores de riesgo continúan manifestándose en poblaciones más jóvenes, se esperaría un aumento correspondiente en el número de casos relacionados de cáncer y otras enfermedades no transmisibles. Todo ello unido a la carga adicional impuesta a los servicios de salud. Unos datos que concuerdan con los que baraja la propia SEOM

Además, “la contaminación del aire continúa afectando a miles de millones de personas en todo el mundo y fue responsable de aproximadamente 35.0167 muertes por cáncer de pulmón en todo el mundo en 2017”, añaden.

Diagnóstico precoz

El diagnóstico temprano del cáncer es un enfoque clave de salud pública. Sin embargo, su efectividad depende de la conciencia del paciente sobre los signos y síntomas del cáncer; el acceso al sistema sanitario y el reconocimiento de los primeros signos de advertencia del cáncer; la disponibilidad de exámenes de diagnóstico; y la derivación ágil a los servicios oncológicos. “Muchos gobiernos han puesto en marcha campañas de concienciación pública para mejorar el conocimiento sobre el cáncer y estos esfuerzos están mostrando resultados alentadores”. 

Un acceso desigual

Precisamente, en este artículo, los investigadores explican un mapa desigual en cuanto al acceso al diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos.

“El acceso global a las modalidades de tratamiento varía entre países”. Aunque la cobertura de la cirugía es muy baja, con menos del 25 por ciento de los pacientes que tienen acceso a una en todo el mundo, el acceso a los tratamientos de radioterapia ha mejorado gracias a los esfuerzos concertados de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Cuidados paliativos

“Es alentador que, a partir de 2019, el 70 por ciento de los países informaron tener pautas sobre el cáncer; sin embargo, el avance se ha ralentizado con respecto a los cuidados paliativos”, lamentan. 

Solo el 50 por ciento de los países informan tener cuidados paliativos dentro de su política nacional de enfermedades no transmisibles y casi el 85 por ciento de la población mundial todavía no tiene acceso adecuado a los medicamentos opioides para controlar el dolor.

“Se requiere un enfoque holístico de la atención del cáncer, con un fuerte compromiso de la comunidad, incluso con las personas que viven con enfermedades no transmisibles, para informar soluciones pragmáticas, basadas en evidencia y adaptadas localmente para ampliar la cobertura de servicios y garantizar la equidad en el acceso al tratamiento”. 

La colaboración

Del mismo modo, apuntan a que la colaboración entre agencias, con planes de trabajo conjuntos, ha llevado a un enfoque más integral. Todo ello, con el objetivo de abordar las brechas en el control del cáncer en los estados miembros de la OMS y una mejor coordinación para evitar esfuerzos duplicados y mejorar los recursos y la eficiencia. 

“La Iniciativa Mundial para la Eliminación del Cáncer Cervical de la OMS y la Iniciativa contra el Cáncer Infantil de la OMS tienen una fuerte dimensión de equidad y el potencial para controlar la carga del cáncer en mujeres y niños. 

La OMS y el Organismo Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer están elaborando una guía escalonada sobre las intervenciones contra el cáncer en todos los niveles de recursos.

Supervivencia

En los países de ingresos altos y en algunos países de ingresos bajos y medianos, la supervivencia de muchos cánceres ha mejorado, aunque las mejoras en las muertes prematuras se han observado principalmente en los países de ingresos altos. 

Atención primaria, un eslabón para la prevención

Ahora, explican, se espera que las interrupciones causadas por la pandemia COVID-19 (más del 40 por ciento de los países informan que los servicios oncológicos están parcial o totalmente interrumpidos) exacerben aún más las disparidades en el acceso a la atención oncológica y aumenten el exceso de mortalidad.

Debe renovarse el compromiso y la inversión en el control del cáncer que impulse una mayor acción e integración en todos los niveles de servicio, en particular la atención primaria para la prevención, la detección temprana y los cuidados paliativos, que también ofrecen beneficios en la prevención y el control más amplios de las enfermedades no transmisibles”.

Con todo, indican que “los gobiernos deben incluir las intervenciones contra el cáncer en la cobertura sanitaria universal como servicios de salud esenciales, con la protección financiera asociada frente al gasto catastrófico que experimentan tantos pacientes con cáncer. La visión de la Declaración Mundial sobre el Cáncer sigue siendo pertinente y, para lograr sus objetivos, debemos hacer más. De él dependen millones de vidas”, acotan.


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