CARMEN M. LÓPEZ Madrid | viernes, 11 de enero de 2019 h |

Con el aumento del envejecimiento de la población, las tasas de enfermedades crónicas y los cuadros clínicos complejos van en aumento. A esto se suma la polimedicación de los pacientes de alto riesgo. Una serie de preocupaciones para la gran mayoría de sistemas sanitarios.

Para avanzar y mejorar la asistencia de los pacientes, medicina interna ha dado pasos en un modelo colaborativo de gestión compartida médico-quirúrgica.

Una nueva fórmula con grandes ventajas. Como asegura Eduardo Montero, internista impulsor de esta nueva modalidad asistencial en España, la asistencia compartida es una forma de asistencia al enfermo hospitalizado que supone un profundo cambio de mentalidad clínica y de gestión sanitaria. “Llevamos más de 20 años dándole vueltas a este modelo y hay varios hospitales donde está en marcha”.

Uno de ellos es el Hospital Universitario Ramón y Cajal, lugar de actuación de Montero. Como indica, el grado de satisfacción manifestado por pacientes y profesionales es muy alto. Las ventajas que aporta son claves: aparte de seguridad, desde un punto de vista práctico disminuye la estancia hospitalaria, disminuye la mortalidad, los costes de la atención sanitaria.

De hecho, en el caso del Ramón y Cajal, que tiene implantada esta fórmula en Cirugía Oral y Maxilofacial, y Otorrinolaringología, se ha observado una disminución de la estancia hospitalaria en torno al 15 por ciento en ambos servicios quirúrgicos. Como destaca Montero, otros servicios, como el de Cirugía Plástica y Reparadora ya se han adscrito. “El futuro del abordaje asistencial va encaminado hacia esta dirección”.

Otros países como Estados Unidos también están trabajando en la asistencia compartida “con bastante rapidez”. Lo cierto es que también extrapolable a otras especialidades.

Precisamente, hace unos meses el Grupo de trabajo sobre temas profesionales y calidad de la atención de la Federación Europea de Medicina Interna (EFIM) presentó un documento para la implementación de esta estrategia de atención, alentando a los internistas a asumir un papel más activo y para proporcionar la continuidad de la atención multidisciplinar.

Los datos son claros: “pasar del modelo tradicional de atención médica de los pacientes quirúrgicos al modelo de gestión conjunta; de una consulta reactiva a un nuevo servicio proactivo continuo, puede optimizar la calidad y la atención”.