Jordi Vila, presidente de SEIMC.

Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica son dos especialidades que desde la consulta y desde el laboratorio han estado lidiando junto al resto de especialistas por conocer de cerca este virus. Al margen de todos los avances que han venido de la mano de estos especialistas, enfermedades infecciosas sigue a la espera de su especialidad. Hace unos meses el propio Ministro de Sanidad, Salvador Illa, arrojaba un poco de luz al confirmar que a final de año los infectólogos verían su especialidad. Como explica Jordi Vila, presidente de la sociedad que aglutina a estos especialistas, SEIMC, el Real Decreto de Especialidades, que ya ha pasado la fase de alegaciones, está a la espera de ver la luz. Vila indica que los cincos requisitos que exigía esta normativa para crear la especialidad los contempla enfermedades infecciosas. “Cinco puntos que reúne a la perfección”, aclara. En este sentido, considera difícil rebatirlos. De momento, la SEIMC ha recopilado toda la información para ponerla a disposición del Ministerio cuando lo precise.

“La especialidad de infecciosas cumple con todos los requisitos del ministerio”

En opinión de Vila, el tener una sociedad que aglutine a infectólogos y microbiólogos es un aspecto fundamental. Si se analiza el día a día en los hospitales, asegura, se puede constatar cómo es el trabajo conjunto de estos especialistas. “En otros países no existe, las sociedades están separadas”. De hecho, las investigaciones y a los estudios que sacan adelante estas dos especialidades son un buen ejemplo de ello. Además, es algo que la propia SEIMC estimula. 

El 2021 y la COVID-19

A la espera de que se resuelva la acreditación, estos especialistas continúan con la práctica clínica diaria. A lo largo de los últimos meses, numerosos han sido los documentos que ha desarrollado la SEIMC para tratar de ayudar a los decisores con la evidencia científica y la toma de decisiones. En opinión de Vila, y haciendo balance, a diferencia de otros países, en España, “tenemos un problema de equilibrio entre la decisiones sanitarias y las económicas”. Es el caso de Alemania, que en las últimas semanas ha visto cerrar todos los negocios, respaldados por un soporte económico. Algo que en España no es posible. Vila advierte del riesgo de una tercera ola en enero. El confinamiento familiar; reducir la movilidad; e incluso evitar tener contacto con otras personas cinco o seis días antes de la reunión familiar pueden ser buenas herramientas que pueden contribuir a minimizar ese riesgo. “Responsabilidad y autorresponsabilidad”, explica.

“Tenemos un problema de equilibrio entre las decisiones sanitarias y las económicas” 

Los test diagnósticos

De cara a las fiestas navideñas, el infectólogo asegura tener en cuenta la sensibilidad de los test diagnósticos. En este sentido, desde SEIMC advierte que existen kits de antígenos con una sensibilidad demasiado baja (en torno al 50 por ciento) que no serían recomendables. “Lo ideal es tener un kit de antígenos con una sensibilidad del 85-90 por ciento”. Por otra parte, advierte acerca del autodiagnóstico. Un asunto que debe estar supervisado por un profesional. “Estamos hablando de un virus que es intracelular lo importante es fregar bien el epitelio de la nariz para eliminar células. La toma de muestras debe ser muy precisa porque si no puede dar falsos negativos”. De este modo, descarta el autodiagnóstico en el domicilio por la mecánica del proceso. 

¿Qué pasa con la nueva cepa de Reino Unido?

Jordi Vila recuerda que no es la primera vez que el SARS-CoV-2 presenta una nueva cepa. “Ya hubo un primer cambio, que consistía en una sola mutación de la proteína S del virus, que generó una nueva cepa que era más transmisible”. Esa cepa es la que actualmente está presente en nuestro país. En la actualidad, la variante del Reino Unido ha mutado más porque tiene una pérdida de nucleótidos y tiene una mutaciones en la proteína S, “que es la más importante y la que adhiere el virus a la célula epitelial”. Todo apunta, como confirma Vila, a que esta mutación tenga un grado de transmisibilidad elevado. “No parece que tenga mayor virulencia. Parece tener una mayor transmisibilidad”, acota.