Hasta el momento previo a la pandemia provocada por el Covid-19 la telemedicina se desarrollaba a modo de estudios y proyectos. A juicio de los expertos, actualmente se impone como realidad a diferentes escalas. De hecho, los expertos han asegurado que aporta ventajas en el diagnóstico, tratamiento y manejo de enfermedades hepáticas crónicas en un corto espacio y en el control y seguimiento de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).

Así, las nuevas tecnologías permiten mejorar el acceso y seguimiento, lo que reduce el tiempo en el manejo de la enfermedad en los pacientes con enfermedades hepáticas. Además, en las personas con EII permite incluso detectar precozmente un brote. Todo mediante aplicaciones que anticipan el empeoramiento y, por lo tanto, aumentan la eficacia frente a la patología.

Así lo apuntaron los expertos del I Congreso Virtual Digestivo de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). La temática fue así abordada en una mesa que planteaba los cambios que esta pandemia está provocando en el manejo de este tipo de enfermedades.

Escollos a superar

Los especialistas han señalado que para conseguir llevar a cabo la telemedicina en la práctica clínica se necesitan disolver “dificultades que todavía existen”. En parte entre el propio personal sanitario, por el miedo del paciente a ser controlado por una aplicación. También a nivel legal porque no existe normativa, así como económicamente, por la inversión que supone a corto plazo desarrollar e implementar herramientas. A nivel administrativo y de interoperabilidad también se hace necesario superar barreras para que no suponga duplicar el trabajo.

“Se trata de un nuevo sistema que necesita generar un protocolo, unas normas generales, ya que no existe una legislación en España que la regule”. Así lo ha comentado, Joaquín Cabezas González, especialista de la SEPD. “Es fundamental para el desarrollo de la actividad”, ha añadido.

La falta de atención para la educación en salud digital es otra de las barreras que existen para poder desarrollar la telemedicina. En el caso de los pacientes con EII, serviría para un mayor y mejor auto-manejo de la enfermedad. “Para conseguir que una herramienta de telemedicina funcione es importante que haya sido testada y validada por los pacientes previamente”, ha explicado la especialista en Aparato Digestivo, Mariam Aguas Peris. El objetivo así es “evitar que dejen de usarla por dificultades o por sentir que no les aporta lo que necesitan”.

Beneficios en crónicos

En el caso de las enfermedades hepáticas la consulta telemática podría ser especialmente útil en las fases iniciales porque no hay síntomas ni complicaciones. Para las EII, si bien se puede usar en todas las fases, es “más efectivo” en los periodos de brote. En ellos paciente precisa de una mayor asistencia sanitaria, ya que cuando el paciente se encuentra estable existe un alto porcentaje de pérdidas de seguimiento.

En cualquier caso, los expertos han avisado de que no todas las patologías pueden beneficiarse de estos nuevos sistemas por sus características. Sin embargo, los pacientes con enfermedades hepáticas crónicas y los diagnosticados de EII son un perfil “muy idóneo”. Hasta el momento existen varias experiencias en España que pretenden servir de guía, tanto en enfermedades hepáticas como en pacientes con EII inestables.