Cada año la campaña de la vacunación de la gripe tiene un interés excepcional, pero este año esta preocupación ha aumentado debido a las circunstancias originadas por la pandemia de COVID-19. En este sentido, la coexistencia de ambos virus es un tema debatido actualmente por los expertos, que destacan la importancia de introducir el hábito de vacunación contra la gripe como un pilar más de un estilo de vida saludable.

Esta es una de las principales conclusiones a las que han llegado los ponentes de la sesión científica extraordinaria ‘Estrategias de vacunación frente a la gripe’, organizada por la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME). En la jornada también ha colaborado Sanofi a través de la Cátedra de Investigación en vacunas de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC)

La gripe alcanzó en la temporada pasada 2019-2020 los 619.000 casos, cerca de 30.000 hospitalizaciones, de las que 1.800 ingresaron en la UCI y cerca de 4.000 muertes.

Impacto de la vacunación

Por este motivo, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la (URJC), Ángel Gil de Miguel, considera que la vacunación del adulto debe formar parte de un estilo de vida saludable. “Para llegar a un buen estado de salud a los 60 años, recomendamos comer mejor, caminar, y vacunarse, porque va a mejorar la calidad de vida de los pacientes”, ha subrayado el también académico de la RANME.

Desde la RANME insisten en la importancia de la vacunación para “reducir la presión sobre el sistema sanitario” y recuerdan el impacto que tuvo la campaña de vacunación en la pasada temporada: “se redujo el 26 por ciento de las hospitalización y casi un 40 por ciento las muertes atribuibles a gripe”.

En estos momentos, Gil de Miguel señala que la “urgencia”, frente a la COVID-19,  es intentar crear inmunidad de grupo en el menor tiempo posible”. Sin embargo, el experto indica que “es posible que tengamos que reflexionar para introducir una vacuna de COVID-19 con carácter estacional”.

Criterios del calendario de vacunación

En este contexto, el catedrático ha destacado los criterios de toma de decisiones que existen para incluir una vacuna en el calendario de vacunación.

Cinco criterios de evaluación son los que proporcionan el marco sistemático en dicho calendario, en relación a los argumentos a favor y en contra de la inclusión y priorización de las vacunas.

En este sentido, la carga de enfermedad y todo lo relacionado a la incidencia, las hospitalizaciones o las muertes, es uno de los principales factores a tener en cuenta, además de la efectividad y la seguridad de la vacuna. “Debemos considerar que son productos biológicos sin riesgo que se administran a personas sanas”, ha señalado Gil de Miguel, quien insiste además en la importancia de considerar los efectos adversos.

Equidad de distribución y coste

Asimismo, a la hora de introducir una vacuna en el calendario nacional de vacunación es importante valorar los aspectos éticos en relación a la equidad. Gil de Miguel indica que en España este criterio se cumple de una forma adecuada pero que siempre es importante valorar que toda la población pueda tener un acceso dentro del sistema sanitario.

Gil de Miguel recuerda la necesidad de priorizar los grupos de vacunación y la importancia de hacerlo de forma escalonada. Sin embargo, el experto insiste en aquellos enfermos crónicos, tanto niños como adultos, que, debido a su situación, deben ser vacunados.

Innovación

El último criterio destacado es evaluación económica en relación a las estrategias de vacunación y los costes efectivos. “Una intervención sanitaria es costo efectiva cuando su coste es inferior a la renta per cápita que tenemos, en nuestro caso, en torno a 30.000 dólares por habitante y año”, ha explicado Gil de Miguel, quien destaca que “aunque innovemos y añadamos la vacuna COVID-19, tenemos muchísimo margen hasta llegar a esa cifra”.

Desde la Real Academia Nacional de Medicina de España recuerdan que “la gripe provoca grandes desajustes en nuestro sistema sanitario cada año”. Por este motivo, consideran la vacunación como “la prevención más efectiva para reducir la carga de la enfermedad”. En esta línea, los objetivos de vacunación para este año pretenden alcanzar el 75 por ciento en mayores de 65 años y, al menos, un 60 por ciento en el personal sanitario y en mujeres embarazadas.


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