La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) ha lanzado un conjunto de recomendaciones acerca de la vacunación en determinados grupos que podrían considerarse de riesgo o de condiciones especiales: personas anticoaguladas o con trastornos de la coagulación, alérgicas y embarazadas.

Con ello, Facme pretende que los facultativos dispongan de información protocolizada y apoyada en la mayor evidencia científica a la hora de conseguir la inmunización frente a la COVID-19.

El trabajo, dividido en tres documentos de recomendaciones, ha sido desarrollado en el seno del Grupo de Vacunación del Consejo Asesor de Facme contando en cada caso con las sociedades miembro con mayor conocimiento en el tema. Y, durante los próximos días, se irán añadiendo nuevas recomendaciones que abarquen las dudas que puedan generarse en determinados grupos sobre la vacuna.

Recomendaciones para pacientes anticoagulados

Facme recomienda que los pacientes anticoagulados o con trastornos de coagulación se vacunen contra la COVID-19, pues la vía de administración intramuscular de las vacunas COVID-19 “no supone una contraindicación” en este grupo de personas.

Sin embargo, la Federación añade las siguientes recomendaciones para estos pacientes:

—Los pacientes anticoagulados con fármacos antagonistas de la vitamina K (acenocumarol o warfarina) deberían tener un INR dentro del rango terapéutico en un control reciente, no debiendo suspender el tratamiento previo a la administración de la vacuna.

—Los pacientes que siguen tratamiento con anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) o heparinas de bajo peso molecular (HBPM) no precisan suspender el tratamiento previo a la vacuna. Se debe evitar la administración de la vacuna en las horas próximas al pico máximo de concentración del anticoagulante en plasma.

En los dos casos anteriores, se aconseja la administración de la vacuna con aguja fina (no más de 23G) y presionar la zona de punción (sin frotar) al menos 3 minutos.

—En pacientes con coagulopatías congénitas (hemofilia) o trombopatías, el hematólogo deberá dar las indicaciones específicas antes de administrar la vacuna.

—En pacientes con trombopenia persistente, se recomienda:

  • Si el recuento de plaquetas es superior a 50.000/mm3 no se precisan medidas especiales.
  • Si el recuento es de 30-50.000 plaquetas/mm3, se recomienda comprimir la zona de punción (sin frotar) durante al menos 3 minutos (calibre máximo de la aguja 23G).
  • En caso de recuento de plaquetas es menor de 30.000/mm3 se recomienda valoración individualizada previa por el hematólogo. En los casos que se indique una transfusión de plaquetas, se señalará el tiempo máximo entre transfusión y vacunación. Cuando se vacune, comprimir posteriormente sobre la zona de punción (sin frotar) durante al menos 3 minutos (calibre máximo de la aguja 23G).

Recomendaciones para pacientes alérgicos

La vacuna de Pfizer y BioNTech solo está formalmente contraindicada en aquellos pacientes que han sufrido reacciones alérgicas previas a sus componentes, como el caso de Polietilenglicol o PEG (esta vacuna no contiene trazas de huevo ni antibióticos).

De este modo, Facme aclara que no se debe generalizar y excluir de la vacunación a todas aquellas personas que han tenido reacciones graves con medicamentos y/o alimentos. La mayoría de esta población se puede vacunar.

Tabla elaborada por FACME

En cualquier caso, es necesario disponer de medicación para el tratamiento de una reacción alérgica en el lugar de administración y se debe garantizar una vigilancia al paciente tras haber recibido la vacuna, durante un periodo de tiempo adecuado.

Recomendaciones para embarazadas

En FACME también aseguran que la vacunación contra la COVID-19 en embarazadas es posible, ya que la gestación no constituye una contraindicación en la ficha técnica de la vacuna. Aún así, debe ser una decisión voluntaria e informada de la embarazada en función de su propio balance beneficio-riesgo individual.

En este sentido, se ha demostrado que las embarazadas presentan riesgo mayor de COVID-19 grave, ingreso en UCI, necesidad de ventilación mecánica y muerte que la población general, aunque el riesgo absoluto permanece bajo.

En cuanto a los riesgos de la vacunación, existe limitada experiencia de uso en mujeres embarazadas. Los estudios en animales no indican efectos dañinos directos o indirectos con respecto al embarazo, aunque no hay datos disponibles sobre la posible transferencia placentaria de la vacuna. Además, la Federación destaca que parece improbable que los componentes de la vacuna supongan un riesgo para la gestante o el feto (el mRNA es rápidamente degradado en el interior celular y no se trata de una vacuna con virus vivos).

A la espera de la obtención de más datos, Facme aconseja ser prudente y no proponerse la vacunación generalizada a las mujeres embarazadas en esta primera etapa de la estrategia de vacunación.

Puede administrarse la vacuna solo a una paciente embarazada que por sus condiciones concomitantes tuviera un riesgo individual de complicaciones por COVID-19 muy elevado, tras decisión voluntaria e informada de la embarazada en función de su propio balance beneficio-riesgo individual.


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