En la era post COVID-19 es necesaria “una reordenación de la atención de cronicidad que dé respuesta a las preocupaciones que han aflorado en el sistema sanitario”. Así lo ha afirmado el responsable del Grupo de Trabajo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Famillia (SEMG), Carlos Miranda, durante el webinar ‘Paciente crónico ¿y ahora qué?’, organizada por la SEMG y Boehringer.

En este sentido, Miranda considera fundamental que la práctica asistencial cuente con “un antes y un después” en relación a la puesta en marcha de medidas en Atención Primaria. Este paso es necesario para la mejora inmediata de la atención a la cronicidad de pacientes, según detalla el experto.

Para ello, la nueva normalidad pone sobre la mesa la potenciación de recursos telemáticos, “básica en esta nueva normalidad”, indica Miranda. Este tipo de factores son importantes al valorar que las personas con patologías crónicas “son más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2. De la misma forma, pueden desarrollar complicaciones y deterioro en su calidad de vida. Por este motivo, la Atención Primaria toma un valor relevante en la reordenación de la cronicidad.

Bases actualizadas en centros de salud

Para poder llevar a cabo esto, el portavoz de la SEMG considera que hay que disponer de centros de salud con bases actualizadas y líneas telefónicas suficientes. Asimismo, contar con aparatos móviles o webcam, u otro tipo de dispositivo que facilite la comunicación telemática, es importante para poder continuar con los requisitos de seguridad.

En este sentido, la seguridad del paciente crónico y del profesional sanitario deben primar ante la práctica asistencial. Por este motivo, desde la SEMG valoran como positivo que se implanten medidas que mejoren la coordinación entre Atención Primaria y Atención Hospitalaria.

En relación a la asistencia telemática en diabetes, Miranda señala que se pueden evitar muchas consultas presenciales. Aquí destaca la evaluación de resultados de analíticas, el cumplimiento terapéutico, los valores de la presión arterial o el peso o perfiles glucémicos, entre otros. Sin embargo, también es conveniente destacar las actividades “puramente presenciales”, como la extracción de sangre o la exploración de los pies.

Individualización del paciente

Durante el encuentro virtual, también participó la responsable y miembro del Grupo de Trabajo de Diabetes de la SEMG, Teresa Benedito. La experta, junto a Miranda, evaluó los diferentes factores de riesgo y objetivos de control en las últimas guías y documentos.

La responsable y miembro del Grupo de Trabajo de Diabetes de la SEMG, Teresa Benedito, junto al responsable del Grupo de Trabajo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Famillia (SEMG), Carlos Miranda

En esta línea, optimizar el control de la diabetes mellitus “no se basa en un control glucémico o de parámetros clínicos”, indican. Al contrario, se trata de un abordaje multifactorial, tal y como recordaron en el encuentro.

Por otro lado, Miranda destaca la necesidad de la individualización en función de características de cada persona y la participación activa en el tratamiento. Esta afirmación está en línea con los consensos de American Diabetes Association (ADA) y European Association for the Study of Diabetes (EASD).

“Es necesaria la educación terapéutica que proporcione actitudes, conocimientos y habilidades para una gestión eficaz de la enfermedad”

Responsable del Grupo de Trabajo de Diabetes de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Famillia (SEMG), Carlos Miranda

Abordaje estructurado y multifactorial

Asimismo, esta educación debe ser “un proceso estructurado y continuado”, integrado en el plan terapéutico, y “no basarse en intervenciones aisladas”, han indicado desde la entidad.

Su finalidad es controlar no solo la diabetes como tal, sino el colesterol, la presión arterial, el exceso de peso, el sedentarismo y el abandono del tabaquismo. En este punto también ha incidido Teresa Benedito, dado que “sabemos que los pacientes diabéticos tienen un riesgo más alto de presentar un evento cardiovascular y de mortalidad”.


Por este motivo, es necesario “un abordaje multifactorial en ellos, no solamente centrarnos en el control de la hemoglobina glicosilada”, ha reiterado Benedito.


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