SABER MÁS SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL

En el caso de hoy una paciente fue diagnosticada de un supuesto tumor en la cabeza y, tras intervenirla para intentar extirparlo, sufrió una meningitis posquirúrgica que le provocó un coma y su posterior fallecimiento.

La paciente acudió a la consulta de su neurocirujano, que le informó de que el tumor debía ser extirpado utilizando un neuronavegador. Unos días después, ingresó en la clínica para someterse a la intervención, la cual no pudo finalizarse debido a un problema con la mencionada herramienta, sin embargo, sí se tomaron muestras para una posterior biopsia, no apreciándose crecimiento tumoral.

Durante la intervención hubo dificultades con la retirada del tubo ortotraqueal, lo que derivó en varios problemas postquirúrgicos que desaconsejaban el alta, la cual finalmente se produjo una semana después del ingreso, no obstante, con los síntomas padecidos y el cuadro médico presentado no era lo más recomendable.

Una semana después del alta, la paciente comenzó a sufrir cefaleas, vómitos y fiebre elevada, avisando al médico de Urgencias de la clínica, que la remitió al hospital público más cercano para la realización de un TAC craneal. En dicho hospital aconsejaron el inmediato ingreso de la paciente en su clínica.

En el momento del ingreso, el neurocirujano diagnosticó a la paciente de grado 15 en la escala de coma de Glasgow, aunque los síntomas reflejaban una disfasia mixta, incompatible con el diagnóstico inicial. Tras el ingreso, se apreciaron síntomas de la posibilidad de padecer una meningitis posquirúrgica, que hubiera sido causada por la intervención realizada con el neuronavegador.

Al día siguiente, aconsejada por profesionales de otros centros sanitarios de la necesidad de una urgente intervención quirúrgica, la paciente solicitó el traslado a otro centro, para que le pudieran realizar dicha intervención. La petición no fue atendida por la clínica, procediendo a su ingreso en la UCI en el mismo centro. Dos días después se diagnosticó a la paciente de una posible meningoencefalitis posquirúrgica, provocándole un coma irreversible y certificándose también la inexistencia de tumor.

Dos meses después de su ingreso, la paciente recibió el alta, confirmándose el diagnóstico de meningoencefalitis posquirúrgica por Enterobacter cloacae. Ingresó a continuación en un centro especial de cuidados debido a su situación de coma, todo ello a cargo de la aseguradora propietaria de la clínica donde estuvo ingresada la paciente. Tras unos 10 meses de ingreso en el centro especializado, la compañía dejó de hacerse cargo de los gastos hospitalarios, asumiendo su hermana dichos gastos desde ese momento.

Tras ello, la hermana de la paciente se convirtió en su tutora e interpuso una querella contra el neurocirujano que la atendió, procediéndose al sobreseimiento de la causa por parte del juzgado de primera instancia, confirmado por la Audiencia Provincial. Ante ello, la tutora procedió a interponer una demanda por vía civil. A lo largo de dicho procedimiento la paciente falleció, cinco años después de recibir el alta.

En la Sentencia, el juzgado apreció una interrupción del nexo causal entre la intervención del neurocirujano y el diagnóstico de meningoencefalitis posquirúrgica

De entre las pruebas que se aportaron se encontraba un consentimiento informado correcto, valorando el juzgado de primera instancia como adecuado el protocolo de información realizado por el cirujano.

En la Sentencia, el juzgado apreció una interrupción del nexo causal entre la intervención del neurocirujano y el diagnóstico de meningoencefalitis posquirúrgica, puesto que, por deseo expreso de la familia de la paciente, el neurocirujano no volvió a tratarla antes de que se realizara el diagnóstico, encontrándose ésta bien y no habiendo sospechas de meningitis ni de cuadro similar, lo cual no hacía necesarias otras pruebas o cirugía de urgencia, no pudiendo prever el empeoramiento que se produjo en la paciente.

También te puede interesar…